Alimentación



Alguien dijo que somos lo que comemos y no le faltaba razón, nuestro estado de salud tiene una relación directa con la alimentación que llevamos a cabo y cuando esta falla, se producen alteraciones en el interior de nuestro cuerpo a consecuencia de la falta de nutrientes y la acumulación de toxinas. Aunque a día de hoy comemos más por placer que por necesidad, alimentarnos, no deja de ser una necesidad fisiológica que debemos cubrir a diario.

La alimentación tiene dos finalidades en el organismo, una es la de obtener energía manteniendo a su vez la temperatura corporal, y la otra reparar estructuras, pero para que el cuerpo funcione correctamente, no basta con echarse lo primero que pillemos a la boca, el cuerpo requiere de una serie de nutrientes que no puede fabricar por sí mismo y cada uno de ellos tienen una función concreta en el cuerpo, entre ellos destacan los hidratos de carbono y los lípidos, cuya función es mayoritariamente energética, las proteínas, con una función estructural y las vitaminas y minerales, con funciones enzimáticas entre otras.

En el proceso digestivo, nuestro aparato digestivo se encarga de separar de los alimentos los nutrientes que necesita y se los envía a todas las células del cuerpo, con ello se produce la energía necesaria para que el resto de las funciones  del organismo incluida las  propias del proceso digestivo, se lleven a cabo. Cuando el cuerpo se sobrecarga de nutrientes energéticos, estos tienden a guardarse en los depósitos de grasa de nuestro cuerpo para poder ser utilizado con posterioridad, en cambio los desechos que no les son útiles al cuerpo, los acabaremos expulsando del cuerpo.

Déficits vitamínicos y minerales.

Cuando llevamos una alimentación descontrolada, nuestro cuerpo se ve afectado. Son muchas las patologías que podrían evitarse si llevásemos una dieta equilibrada y acorde a las recomendaciones medicas. Pero por desgracia cada día nos alimentamos con alimentos más calóricos y menos nutritivos. Las vitaminas y minerales son muy importantes para el organismo, participan en numerosas reacciones metabólicas, y algunos minerales, como el calcio, además tienen función estructural. Las fuentes más importantes de estos micronutrientes son las frutas, verduras, legumbres… y en general alimentos naturales y frescos, pero la forma de cocción de algunos alimentos, el interés de las industrias de mantener alimentos fuera de su temporada presentes, la preferencia por alimentos cada vez más procesados... hace que nos alimentemos cada vez más, con alimentos menos nutritivos. ¿y qué decir de los niños? Que prefieren antes el clásico bollycao, donuts… antes que una sabrosa macedonia de frutas, sustituyendo los nutrientes que aportan las frutas por alimentos industriales de poca calidad alimentaria. Unas frutas desecadas deberian de ser el dulce de preferencia de los pequeños, pero seguramente estan acostumbrados a tantas chucherias que cuando intentes darles unos higos secos, orejones o pasas te pongan cara de asco...

La falta de vitaminas y minerales produce episodios muy variados dependiendo del origen del déficit, pero en líneas generales uno se siente fatigado, su aspecto esta demacrado, no es raro encontrarnos episodios de anemia, crecimiento lento, alteraciones en la piel, menor resistencia a las agresiones externas… si no nos alimentamos correctamente y aportamos las vitaminas y minerales que el cuerpo requiere, muchas reacciones metabólicas que requieren de su presencia no se pueden realizar correctamente y esto nos acaba afectando a la salud, aparecen numerosas enfermedades, nos cuesta mas recuperarnos de un simple resfriado...

Como es una dieta saludable.

La dieta saludable es la que aporta los nutrientes necesarios según las características del individuo, esta ha de ser variada para no aburrirnos y nutrirnos adecuadamente y se deben escoger preferentemente, alimentos naturales, que no hayan sido sometidos a procesos químicos o de transformación.

Debemos aportar las calorías adecuadas a nuestras necesidades, para ello, necesitamos saber cuál es tu metabolismo total, y acorde al metabolismo intentar tomar una dieta que te aporte una cantidad de calorías aproximadas y cercanas a los requerimientos, además debe consumirse hidratos de carbono, lípidos y proteínas en una proporción aproximada del 50, el 35 y el 15% respectivamente además de incluir alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales.

Lo que parece sencillo se complica porque no es fácil adaptar una dieta para que nos aporte todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, por ello se hace necesario seguir unas pautas y por supuesto variar cada día las comidas ya que cada alimento, aporta una serie de nutrientes que otros no contienen y aunque no hay que ser demasiado escrupulosos para cada dia comer perfectamente, si interesa que a lo largo de la semana, hagamos una media que nos permita aportar los nutrientes que necesitamos de la manera proporcional.

Los expertos, para facilitar la tarea, recomiendan que tomemos cada día:

  • 2 raciones de lácteos: (cada ración equivaldría a 1 vaso de leche, un trozo de queso, dos yogures…) con ello, aportaríamos calcio, además de  vitamina D y A si los lácteos son semidesnatados o enteros.
  • 2 raciones de proteínas: (cada ración equivaldría a 1 plato de legumbres, 1 filete de carne, 1 filete de pescado, 1 huevo, un puñado de frutos secos…) esto nos aporta vitaminas del grupo B, y proteínas.
  • 4-8 raciones de hidratos de carbono: (cada ración equivaldría a una taza de cereales, 1 de arroz cocido, 1 trozo de pan, pasta…preferentemente integrales) esto nos aportaría fibra e hidratos de carbono, las raciones variara acorde a las necesidades calóricas.
  • 3 raciones de fruta: (una debe ser rica en vitamina C (naranja, pomelo, limón, fresas…)  y otra rica en vitamina A (plátano, manzana, melocotón…) esto nos aportara una gran fuente de vitaminas.
  • 2 raciones de verduras: (1 ensalada, guarnición de nuestro plato principal…al menos una de las raciones deben ser fresca pues en la cocción se pierden numerosas vitaminas y minerales)
  • 3 - 4 raciones de lípidos: (una ración de lípidos sería el equivalente a 1 cucharada sopera de aceite de oliva, es preferible optar por el aceite de oliva y evitar mantequillas, margarinas, tocino, manteca de cerdo… pues su consumo puede favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares. Los lípidos aportan además de lípidos, vitamina E.

Si aprendemos a combinar los alimentos y aportar las raciones diarias recomendadas, posiblemente no sufriremos decadencias nutricionales, por llevar una mala alimentación en bastante tiempo.

Dietas milagro y efecto yoyo.

Ponerse a dieta es una moda peligrosa, la mayoría de revistas femeninas ofrecen dietas, algunas de dudosa fiabilidad, nosotras, a veces ignorantes, caemos en la trampa de estas dietas y las seguimos. Desconocemos sus efectos adversos, en ocasiones, nos resultan aburridas, las abandonamos y cuando volvemos a alimentarnos como de costumbres engordamos todo lo que habíamos dejado e incluso más. Esto también nos sucede cuando después de habernos pasado 4 meses y haber reducido 20 kgs que nos sobraba, empezamos a relajarnos y a comer un poquito más. Nos echamos las manos a la cabeza pensando porque ha podido pasarnos esto, y viendo que hemos vuelto a aumentar de peso, iniciamos otra dieta, parecida o no, genéricamente a esta situación se le denomina efecto yo-yo porque las subidas y bajadas de peso espontaneas sin que encuentre una estabilidad, nos recuerda al movimiento de un yo-yo y tiene su explicación lógica.

El cuerpo está hecho para trabajar: Vayámonos a la época prehistórica, donde los humanos nos dedicábamos a cazar y recoger los frutos que encontrábamos en el transcurso de nuestro camino para poder sobrevivir. Encontrar alimentos no resultaba una tarea sencilla ya que podíamos pasar días sin encontrar un alimento con el que nutrir a nuestro cuerpo. Los hombres, para poder atrapar a sus presas, andaban muchos kilómetros desde bien temprano quemando mucha energía, el cuerpo, que es sabio, se adaptaba a esta situación de escasez de alimentos aumentando las reservas calóricas para poder utilizarlas posteriormente como combustible pese a no consumir alimentos en un par de días.

La función del hombre era la de cazar mientras que la mujer, con una actividad más relajada, era la persona capacitada para concebir, lo cual no significa que no gastase energia en el trascurso del dia, porque igualmente tenia que moverse de un lugar a otro e incluso tenia que exponerse ante animales salvajes de los que hurir, por eso sus reservas grasas eran y siguen siendo mayores, ya que un bebe consume mucha energía de la madre y sin esta reserva, difícilmente sobreviviría.

Nuestro cuerpo, pese al tiempo que ha pasado desde entonces sigue funcionando de la misma manera, el problema reside en que son nuestros hábitos los que han cambiado drasticamente. Hoy día no tenemos que salir a cazar para obtener alimentos porque los tenemos a mano, y cada vez somos más sedentarios con lo que nos sobrealimentamos y no damos, en ocasiones, lugar a quemar nuestras reservas grasas. Se desconoce poco de nuestro antepasados, pero pese a que la esperanza de vida haya aumentado en estos años, solo se debe a los avances científicos ya que un altísimo porcentaje de las enfermedades que padece la población actual, como pueden ser las enfermedades cardiovasculares, cáncer, problemas en órganos digestivos… vienen derivados de este exceso de nutrición y falta de actividad física en contradicción con la situación en la que se encontraban nuestros ancestros que ante la falta de higiene, medicamentos... podian fallecer por infecciones variadas.

Dicho lo anterior y aunque parezca no tener demasiado sentido con lo que se está hablando, las dietas milagrosas, en las que las personas pierden más de un kg por semana no funcionan, porque se pone el cuerpo en alarma. El cuerpo, como modo de supervivencia, almacena en forma de grasa todo lo que no gasta, e intenta reducir su metabolismo cuando le aportamos dietas deficientes en calorías y nutrientes para hacer un consumo mínimo.  Aumentando las reservas grasas, el cuerpo se asegura de tener reservas para días de hambrunas como pasaba con nuestros antepasados que podían pasar días sin comer. Además, la mujer, por su capacidad de concebir requiere de un almacén de grasa mayor a la del hombre, y cuando este almacén se reduce por debajo de un límite, se pierde la capacidad reproductora ausentándose la menstruación, porque el cuerpo no estaría capacitado de hacer frente al requerimiento calórico del futuro bebe. Esta capacidad reproductora también tiene una relación directa en que la mujer posea un porcentaje graso mayor que el del hombre y que el hombre debido a su capacidad de supervivencia para obtener recursos posea unos músculos más potentes.

Una persona que se acostumbra a comer correctamente que adelgace progresivamente aunque pierda poco peso, siempre va a ser preferible que perder mucho peso de golpe. Una persona que se somete a dietas de adelgazamiento rápidas, tiene que entender que su cuerpo se ha acostumbrado a los hábitos que le ha hecho engordar y su cuerpo por mucho peso que le sobre, requiere de unas calorías mínimas, que con este tipo de dietas no consiguen cubrirse, estas calorías son fundamentales para el correcto funcionamiento del cuerpo y de las funciones vitales esenciales del organismo y cuando no se aportan en las cantidades necesarias el cuerpo se resiente y disminuye el metabolismo, haciendo más difícil el proceso de adelgazamiento. Entonces nos encontramos con la situación de que pasado un tiempo no muy extenso, la persona ha perdido un peso considerable pero se estanca y deja de perder peso tan rápido, por lo que se desmotiva y decide volver a comer aquellos alimentos que tanto le gusta, pero su metabolismo al haber disminuido, y al tener en alerta el organismo hará que todo lo que ingiera de mas, se queme lo mínimo posible y se va al almacén de grasa, si la persona se tira un tiempo comiendo descontroladamente, acabara cogiendo en poco tiempo el peso perdido o incluso más, su metabolismo, seguirá bajo porque posiblemente ni se haya preocupado en realizar algo de ejercicio y al volver a someterse a alguna dieta milagro, entrara en un círculo vicioso del que es muy complicado salir sobretodo cuando nuestro sobrepeso ya apunta a una obesidad considerable.

Una persona que tiene un sobrepeso de 5 o 6 kgs y empieza a realizar este tipo de dietas descontroladas, combinando grandes atracones, con dietas restrictivas, tiene muchas posibilidades de sufrir en pocos años de obesidad. Es preferible perder 2 kgs al mes y al final del año haber perdido unos 20 kgs con salud y con la ayuda de alguna actividad física, que perder esos 20 kgs en 3 meses, que además de disminuir el metabolismo, se produce una depleción muscular, perdidas de glucógeno, agua y flacidez en lugar de grasa corporal, por ello las dietas milagro parecen ser tan resultonas en poco tiempo, pero todo lo que se pierde es vital para el cuerpo, el musculo es más pesado y denso que la grasa. Si de por si el cuerpo disminuye su metabolismo basal ante esta situación de alerta, la depleción muscular que produce un adelgazamiento rápido, empeora esta disminución ya que el musculo es más activo metabólicamente hablando que la grasa, en dos personas, de características similares salvo que una tiene más porcentaje de grasa y la otra de musculo, la persona con mayor porcentaje graso tendrá un metabolismo basal menor que la que tenga un porcentaje muscular mas elevado.

Aprender a valorar lo que comemos.

Uno de los errores que cometemos, es no valorar lo que comemos al cabo del día, comemos cualquier cosa, en cualquier momento, no nos paramos a pensar si realmente tenemos hambre y no tenemos un concepto final de las calorías que hemos consumido al cabo del día.

En ocasiones, cuando sufrimos un aumento de peso repentino, pensamos que algo va mal en nuestro organismo, quizás una disfunción del tiroides, es común en pensar en ello, pero cuando no hay causa aparente ni demostrable que lo confirme, debemos pensar en nuestras pautas dietéticas. Hay personas que dicen comer muy poco y todo les engorda… quizás no quieran admitir que comen más de lo que dicen o simplemente no tienen en cuenta los picoteos entre horas, que son en muchos casos, los que hacen engordar.

Debemos acostumbrarnos a tener una especie de diario, donde apuntemos a lo largo del día todo lo que comemos. Aunque sea una patata frita o media cucharadita de azúcar, porque todos y cada uno de los alimentos que consumimos, aportan calorías al cuerpo a excepción del agua que es acalorico. Si padeces alguna enfermedad derivada de alguna falta de nutrientes, has subido o bajado de peso relativamente rápido, este diario te puede ayudar a determinar las razones.

Existen programas dietéticos en los que introduces los alimentos consumidos a lo largo del día y te saca las cantidades recomendadas y lo que se aleja o no de tus necesidades. Si tomas más calorías de las que necesitas, engordaras, por el contrario si consumes menos de las recomendaciones, adelgazaras. Importante también es que te acostumbres a leer las etiquetas, busques las opciones más ligeras o las mas nutritivas. Para ello ten siempre en cuenta las calorías que suele aparecer como kcal, que del total de hidratos, no haya más de un 10% de hidratos simples o azucares simples (esto es complicado en alimentos dulces, mermeladas, miel...) que del total de grasas, no haya más de un 10% de grasas saturadas y en todo caso que no haya grasas hidrogenadas. Que contenga fibra es importante, y una buena cantidad de vitaminas y minerales.

Siempre que compres un producto, léete su información nutricional, cuando consumas algo, apuntalo en tu diario, cuando lleves un tiempo llevando en práctica este consejo, conocerás aproximadamente el valor nutricional de los diferentes tipos de alimentos, algo muy útil para hacer el recuento de calorías y ayudarte a escoger los alimentos que tengan una relación calorías-nutrientes apropiada.

Dieta disociada.

Son muchos los centros de dietética que usan esta dieta que se basa en no mezclar hidratos con proteínas, solo pueden mezclarse con verduras y además se debe excluir las frutas fuera de las comidas principales y tomarlas sin acompañamiento. También se ha cuestionado mucho su efectividad y sus bases científicas, pero lo que es evidente, es que es una dieta que ayuda a adelgazar siempre que aprendamos a hacerla equilibrada.

Con respecto a las dietas disociadas debemos de tener claro varias cosas, la primera es que ninguna dieta puede ser disociada completamente porque no existen alimentos que sean puramente hidratos, o puramente proteínas… a excepción de los aceites que son 100% grasa, el azúcar, que es 100% hidratos de carbono y pocos alimentos mas. Todos los alimentos contienen en mayor o menor proporción, los 3 nutrientes integrados además de vitaminas y minerales, así que cuando hablamos aquí de una dieta disociada, en realidad se trata de buscar una combinación que resulte saludable y nos ayude a encontrar el modo de suministrar todas las raciones recomendables para seguir una alimentación equilibrada.

Las dietas disociadas resultan poco saludables porque algunas se basan en comer cada día un tipo de alimento restringiendo el resto, así por ejemplo un día toca fruta, otro toca pescado, otro toca hidratos….estas dietas son poco saludables y difícil de llevar a cabo. Nosotros vamos a llamar dieta disociada a nuestra dieta, porque durante el día vamos a consumir preferentemente alimentos ricos en hidratos de carbono y por la noche aquellos que son más ricos en proteínas.

La base de esta dieta, según el autor que la creo está en que el diferente PH entre los hidratos de carbono y las proteínas hace que las digestiones sean más pesadas al tener que trabajar más  el estomago, se aprovechen peor los nutrientes y en consecuencia cueste más adelgazar. En realidad nuestro estomago y aparato digestivo en general está capacitado para digerir todo tipo de nutrientes a la vez, por lo que no tiene una base científica solida, sin embargo, cuando digiere un tipo de alimento en lugar de una mezcla de varios, la digestión se hace menos pesada. Y es posible que esta sea la causa por la que al final acaba funcionando.

Otra de las bases habla de que no se debe comer fruta después de las comidas, porque estas se digieren más rápido y entorpecería el proceso digestivo del resto de los alimentos que requieren de un tiempo mayor para ser digeridos. Sea verdad o no, lo cierto es que es preferible comerse las frutas fuera de las comidas principales porque las personas que las consumen como postre, tienden a tener descomposiciones de estomago frecuentes.

Nuestra dieta disociada recomendable se basaria en tomar en el desayuno, tentempié y merienda una pieza de fruta, algún lácteo y algún hidrato de carbono. En la comida del medio día hidratos con verduras crudas y en la noche proteínas con verduras cocidas, asadas…evidentemente un plato de lentejas, que normalmente lo tomaríamos al medio día contiene una gran proporción de proteínas y no por ello desaconsejaríamos consumirlo. Al introducir un volumen superior de hidratos en la comida, este es mejor aprovechado durante el día para producir energía, así mismo, las proteínas que serán el nutriente más importante que aportaremos en la cena, más que de combustible, servirá para reparar células durante el sueño. Según estudios, al dormir las proteínas, junto con la ayuda de  la hormonas del crecimiento y la melatonina se asimila mejor y evita los picos de hipoglucemia preservándose mejor el glucógeno hepático.

Beneficios de la dieta mediterránea.

La dieta mediterránea guarda relación con el modo de alimentarse de los pueblos y ciudades bañados por el mar Mediterráneo, como España, Francia, Italia, Grecia…esta dieta destaca por la presencia del pan, vino y aceite de oliva en las comidas, cuyos efectos cardiosaludables se han demostrado a través de numerosos estudios.

Además de los alimentos nombrados, la dieta mediterránea es rica en frutas, verduras, cereales, legumbres y pescado, la carne también es destacable aunque deberíamos limitar el consumo de carnes rojas (cerdo, cordero...), para dar sabor a los platos es común abusar de hierbas aromáticas (romero, perejil, orégano...) además del ajo, cebolla, limón y vinagre, reduciendo de esta manera el consumo de sal y mejorando las cualidades nutritiva de los platos,  por lo que nos encontramos con una dieta variada en la que podemos sacar innumerables recetas sin cansarnos, es rica en antioxidantes por la gran fuente que contienen las frutas y verduras, y es actualmente uno de los modelos de dieta saludable a seguir, previene enfermedades cardiovasculares, diabetes, estreñimiento y cáncer de colon porque aporta una gran cantidad de fibra y es una dieta que favorece la longevidad al eliminar los radicales libres que genera nuestro organismo. Un plato de lentejas estofadas, la paella valenciana, la pasta italiana... son ejemplos de comidas características en la dieta mediterránea.

Comer como acto social.

Utilizamos la comida como escusa para relacionarnos con los demás, no en vano, comer se ha convertido en un acto social de un valor apreciable. Quedamos con los amigos a comer, o a tomar café, se le acaba dando más importancia a los banquetes que a las ceremonias de bodas, comuniones, bautizos…no nos imaginamos una sesión de cine sin palomitas y una cola al lado e incluso, las visitas en casa, suelen ser el momento idóneo para pedir unas pizzas o cualquier tipo de comida rápida que nos ahorre el follón de estar preparando comida para los invitados. Las fiestas de cumpleaños de los más peques se llenan de galguerías y bocatas… Dicho de otro modo, hemos perdido el instinto de alimentarnos como necesidad, y lo hacemos por puro placer, como escusa para poder relacionarnos, o salir de la monotonía de casa.

No está mal salir a comer de vez en cuando, pero la mayoría de las veces que lo hacemos, nos excedemos, nos alimentamos de manera inadecuada, y cuando la costumbre de salir o hacer alguna actividad, está vinculada a comer, comer y comer, nos encontraremos con episodios de aumentos considerables de peso, aparición de colesterol o triglicéridos altos, subidas de tensión…

Lo peor de todo es que nuestras costumbres, y sobretodo aquí en España que somos un país acostumbrado a ir de tapas, tomarnos unas cañas, y en general sentimos pasión por la buena comida, nos es fácil desvincular la idea de que la comida debe ir separada de las relaciones sociales. Hay miles de actividades que podemos realizar con nuestras amistades, familiares, pero quizás lo mas cómodo sea ir de tapas al bar, tomarse unas cañitas en la cervecería de tal y luego unas copas en el pub de pascual. Estas costumbres son muy entretenidas, no se pone en duda, pero a la larga no son demasiado saludables, sobretodo en una sociedad que cada día se mueve menos, las costumbres no se hacen en dos días, el salir a comer, el tomarse unas copas… son costumbres que vienen de antaño y han llegado a nosotros tras una sucesión de generaciones, sin embargo las personas de antaño no eran tan sedentarias como nosotros, estas costumbres no le acababan pasando la misma facturas que nos pasa hoy día a la población actual y sin embargo, lo hacemos más que entonces por la facilidad que tenemos gracias a nuestra independencia económica.

Es evidente que no podemos dejar de comer, es una necesidad esencial, tampoco vamos a recluirnos en casa sin realizar actividades recreativas, y mucho menos, vamos a dejar de lado a nuestras amistades o familiares por no poder ir a comernos una pizza o una hamburguesa... eventualmente… se trata de buscar un equilibrio, intentar buscar actividades en las que la comida no tenga una vinculación directa para poder relacionarnos con nuestras amistades, porque en lugar de ir todas las tardes al café con tus amigas no os apuntáis a alguna actividad recreativa como baile, pintura o alguna deportiva ¿Qué tal yoga?¿tal vez natación? Si eres una persona que todas las tardes tiene que tomarse un café en el barecillo de enfrente para quedar con tus amigas ¿Por qué no pruebas a cambiar el chip y realizáis otro tipo de actividad? Si echas cuentas, la diferencia de precio no va a ser muy notoria y esa hora que acostumbras a contar tus pormenores, anécdotas y curiosidades del día, puedes emplearla de una forma más saludable a la vez que compartes tus anecdotas.

Tampoco se está proponiendo que nunca más pises un bar, puedes ir a comer cuando te apetezca, pero no debe ser una costumbre, muchas veces, por salir un rato nos vamos a la primera hamburguesería o pizzería que nos encontramos en el camino, abusamos de comida basura, suele ser económica, nos la sirven rápido y no hay que esperar a que nos vuelvan a atender como sucede con las tapas, pero a la larga este tipo de comida, no resulta nutritiva y aunque te sientas saciada tras la comida, a la hora posiblemente tengas un ataque de hambre porque son comidas muy poco nutritivas. Opta siempre por comer cosas saludables, si te apetece una hamburguesa, ve a un sitio donde las hagan caseras y pídelas sin acompañamientos, como mucho un poco de lechuga y tomate, en lugar de patatas fritas, tomate una patata asada, no pidas alimentos rebozados y no abuses del alcohol ¿sabes lo que engorda el alcohol? Lo suficiente para que una noche de tapas te arruine la mejor de las dietas.

En lugar de abusar de tantos cafés, tomate un té, es igual de estimulante que el café pero mucho más sano, además, si acostumbras a tomar el café con leche, si tomas más de 2 o 3 cafés al día estarás sobrepasando las cantidades recomendadas de productos lácteos y el exceso de cafeina no es bueno para la salud ni para tu descanso. Si cuando vas al cine te gusta tomarte algo, pide una botella de agua y cambia las palomitas por un puñadito de cereales integrales, o una barrita, no es necesario pegarte toda la película comiendo, solo saciar el apetito durante el tiempo que dure la misma, además ¿Quién puede escuchar bien la peli si te la pasas masticando? si tienes costumbre de comer viendo una peli, ¿Por qué no pruebas con un par de chupa chups? Te mantendrás ocupada mientras dure la peli.

Lo que queremos concluir con esto, es que nuestra sociedad está acostumbrada a relacionarse con otras personas poniendo la comida de por medio, comer fuera de casa es una excusa estupenda para salir y despejarse, ver ambiente y quedar en un lugar neutral, al igual que le sucede al alcohol, consideramos la comida un lubricante social, no concebimos determinadas actividades sin poner la comida de por medio, y esto último es lo que deberíamos empezar a cambiar, acostumbrarnos que se pueden hacer muchas cosas sin tener que preparar una merendola y que si optamos por comer, deberemos aprender a hacer uso de las opciones más saludables.

¿Cuándo fue la última vez que te rugió el estómago de hambre? Cuando el estómago ruge, significa que todo proceso digestivo anterior termino previamente y el estómago puede recibir nuevos alimentos para trabajar y nutrir al cuerpo. Cada vez que comemos sin dar lugar al estómago a realizar completamente la digestión, lo sobresaturamos, por eso durante la noche se recomienda no comer al menos dos horas antes de dormir, pero ¿Cuántas veces te despierta por la noche el hambre? Seguro que si has comido adecuadamente, poquitas y si la cena ha sido abundante e incluso empachosa, hasta te cueste conciliar el sueño...

Publicidad engañosa y alimentos poco saludables.

La publicidad se crea con el fin de vender un producto, empresarios pagan porque dicho producto sea conocido y lo que prima es la cantidad de ventas que se hagan, se buscan eslóganes atractivos para atraer a los clientes potenciales, pero no se tiene en cuenta que lo que dicen dichos eslóganes sean real o que alimentarnos con diversos alimentos de los que anuncian en televisión, acabe siendo perjudicial.

Los alimentos deben pasar controles de calidad, esto incluye que el producto este en perfecto estado, no haya ningún tipo de contaminación… pero en ocasiones no pasan los controles de inocuidad necesarios, no significa esto que porque nos comamos un alimento de los que anuncia la televisión, nos vayamos a enfermar, pero a la larga consumirlos habitualmente sí que puede ser perjudicial.

Hemos sustituidos los clásicos desayunos de tostada y zumo por colacao y pastelitos, las comidas caseras por precocinadas y las cenas, por productos que en 2 minutos tienes listos. Todos estos cambios los hemos aceptado porque estas comidas ``nos facilitan´´ las labores, son más rápidas de preparar y nos quita más de un quebradero de cabeza, pero ¿Qué pasa con nuestra salud? Pocas personas se plantean que esos alimentos a la larga, sean potencialmente peligrosos para la salud, porque los anuncios lo venden como algo glorioso. No nos engañemos, lo que sale en televisión no significa que sea saludable.

Todos los alimentos procesados, contienen aditivos, que son unas sustancias que ayudan a mejorar las cualidades de los mismos, los conserva más tiempo, les da un color más atractivo, un sabor o aroma más potente…pero nada que modifique las cualidades iníciales de un producto puede ser realmente sano. Las industrias abusan de estos aditivos porque les sale más rentable gastarse un dinero en conservante que tirar los productos que venden, y por desgracia las autoridades, que han fijado unas cantidades máximas de utilización de estos aditivos para cada tipo de alimento, no tiene en cuenta, que cada día nos alimentamos de más alimentos procesados y que las cantidades máximas permitidas de estos aditivos se superan cuando los combinamos a lo largo del día, además, desconocemos como interaccionan los distintos aditivos dentro de nuestro cuerpo, como un producto inocuo al interaccionar con otro supuestamente inocuo se transforma en toxico. ¿Quién no recuerda las clases de química y que habia elementos que era mejor no combinar?

Se ha demostrado que muchos aditivos aparentemente inofensivos no lo son en absoluto, incluimos el aspartamo, utilizado comúnmente como edulcorante artificial en productos dietéticos, llegando algunos hasta tener propiedades cancerígenas, por ello ante las dudas, lo mejor es elegir los alimentos menos procesados y una manera útil es leer el etiquetado, no interesa consumir alimentos ricos en aditivos (los reconocerás porque pone la letra E seguida de un numero) Ni tampoco alimentos ricos en grasas saturadas o hidrogenadas, además de los ricos en azucares simples ni alimentos refinados como el pan, arroz, cereales blancos (los que no son integrales) que pierde todos los nutrientes importante al despojarlo de la corteza y por supuesto evitar alimentos rico en sodio, gran causante de la hipertensión y daño cardiovascular.

Depurar el organismo.

Cuando nos alimentamos, incluso cuando respiramos, en nuestro cuerpo entran impurezas que comúnmente las denominamos toxinas. El cuerpo, para evitar problemas de salud, dispone de mecanismos para eliminar dichas toxinas, ya que las mismas son toxicas para el organismo puesto que este,  no puede metabolizarlas ni les sirve como nutriente, convirtiéndose en una basura que si se excede en cantidad puede resultar venenosa para el organismo.

Cuando nos resfriamos, los virus que penetran en nuestro cuerpo actúan como toxinas, para ello actúa el sistema inmunitario, ya que los virus tienen la capacidad de reproducirse e invadir un organismo con una defensa deficiente. Cuando nos alimentamos, a través de los alimentos también penetran toxinas en nuestro cuerpo que son expulsadas con la ayuda de mecanismos como el sudor, la orina y las heces. Las toxinas que entran en los orificios corporales son expulsadas con la ayuda del moco o flujo, el cerumen…

Lo primero que debemos tener en cuenta, es que se hace necesario cuidar la alimentación, ya no por el hecho de mantenernos delgados si no por salud, porque nuestro organismo no está capacitado para filtrar las impurezas y toxinas de los tantísimos alimentos que comemos al cabo del día y que son muy ricos en ellas como es el caso, que comentábamos con anterioridad, de los alimentos procesados y los aditivos. En una dieta sana y equilibrada la filtración y depuración del organismo es más fácil porque el cuerpo aprovecha gran parte de los nutrientes de los alimentos consumidos, además, al tomar alimentos preferentemente naturales y no contener aditivos ni haber sido transformados químicamente, conservan todos los nutrientes intactos y nos aportan vitaminas y minerales muy necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.

Sin embargo, en las dietas habituales, ricas en productos procesados, la afición de tomar alimentos ricos en grasas saturadas, las insalubres costumbres de beber, tomar café en exceso y fumar, la contaminación ambiental y la automedicación o la cantidad de medicamentos que llegan a recetarnos por un simple resfriado que con descanso y una alimentación sana podríamos evitar, el cuerpo acaba saturándose. El hígado, que segrega la bilis necesaria para digerir las grasas, trabaja en exceso y se producen cálculos biliares, la sangre, cargada de sustancias toxicas, hace trabajar en exceso a unos riñones que tienen que filtrar los productos de desecho y se acaban resintiendo, aparecen piedras en el riñón o en casos muy graves insuficiencia renal, la falta de movilidad junto con el consumo inuficiente de agua, dificulta que los vasos linfáticos realicen su función, cuya movilidad depende de la de la musculatura que los rodea y que están encargados de recoger sustancias de desecho, conteniendo unos fluidos más espesos por la sobrecarga de toxinas , que serán llevados a los ganglios linfáticos para depurar el fluido contenido en ellos y cuyos restos serán eliminados a través de la orina. Un sistema linfático saturado será sinónimo de mayor posibilidad de contraer enfermedades infecciosas porque además de depurar el organismo de sustancias toxicas, lo defiende de los microorganismos siendo una parte esencial del sistema inmunitario.

La acumulación de toxinas en el organismo, como se habrá podido concluir, no es nada saludable lo mires por donde lo mires. Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio además de favorecer el retorno venoso y linfático son parte de las claves para evitar que nuestro preciado cuerpo se sature de sustancias nociva y en este sentido alguna de las recomendaciones son las siguientes:

  • Toma alimentos preferentemente naturales, evita carnes muy engrosadas y comidas procesadas
  • Evita el consumo de alcohol, tabaco, café, medicamentos.
  • Mantén una correcta higiene a la hora de comer y evita pasar el tiempo en sitios muy contaminados.
  • Evita respirar por la boca, sobretodo cuando pases por lugares muy contaminados, los orificios nasales estan mejor preparados para filtrar las impurezas que el conducto bucal.
  • Practica un poco de ejercicio al día, e intenta mantener las piernas en alto para favorecer el retorno venoso y linfático.
  • Masajea tu cuerpo siempre desde la extremidades hacia el corazon, esto favorece el retorno linfático y ayuda a depurar el organismo.
  • Bebe mucho líquido en forma de infusiones depurativas (Cola de caballo, diente de león, rusco…) e intenta consumir al menos dos litros y medio de agua al dia.
  • Una vez al mes, dedícate a depurar tu organismo y haz una dieta depurativa en la que solo tomes frutas, verduras e infusiones durante un dia o dos.
El proceso digestivo necesita su tiempo.

Alguna vez habrás escuchado que no es bueno meterse en el agua después de comer o se te cortará la digestión, y nos recomiendan esperar al menos 2 horas antes de bañarnos, posiblemente ni hicieras caso de esta advertencia que sin duda, tenía gran parte de razón. ¿Has sufrido alguna vez un corte de digestión? Si contestaste afirmativamente como si no, plantearemos otra pregunta ¿dejas pasar un mínimo de 2 horas entre una comida y otra? A esto con certeza contestaste que no, comes y te tomas el cafelito pasada una hora, o la fruta pasada media hora… esto es muy negativo para la digestión, que antes de verse acabada, tiene que comenzar con la digestión del nuevo alimento ingerido.

Como hablemos de las costumbres, hemos perdido la capacidad de escuchar a nuestro cuerpo, cuando tenemos hambre él nos lo indica, nos ruge el estómago y tenemos una sensación de necesidad de comer, pero no de tomar un dulce o lo primero que pillemos sino más bien una necesidad de satisfacer nuestra hambre con alimentos nutritivos.

Es posible que no seas muy aficionado a la fruta pero, ¿no te ha pasado en alguna ocasión, que de repente te entran unas ganas terribles de comerte una manzana, una pera… y no sabes por qué? Posiblemente tu cuerpo, está demandando estas ganas para satisfacer una falta de nutrientes que estas frutas pueden abastecer. El cuerpo es inteligente, dispone de unos mecanismos que nos ayudan a abastecerlo de los nutrientes necesarios, pero la falta de conocimiento y el hecho de que comemos más por comer que por necesidad no parándonos a escuchar a nuestro cuerpo, han hecho que esa capacidad tan importante se haya visto disminuida.

No dejamos lugar para pasar hambre, pero el organismo si manda señales de urgencia, los déficits nutricionales al igual que los excesos, se manifiestan con enfermedades, decaimiento, mal aspecto, carácter modificado…y aunque tengamos siempre el estómago trabajando, es más que probable que trabaje con alimentos que al final van a acabar transformándose en desechos porque son poco nutritivos y toxinas que se acumularan en nuestro cuerpo haciendo que nos sintamos peor... Otra cosa que solemos hacer cuando nos sentimos cansados, es recurrir a lo primero que tenemos a mano, un café, algo dulce por si es una bajada de azúcar…si además hemos tenido una comida previa pesada, esta acción solo empeorara la situación porque posiblemente ese ``cansancio´´ sea motivado por una acumulación de toxinas y el café y los dulces no se diferencian de estas sustancias.

La alimentación debe servir para abastecer el esfuerzo diario, por la noche debido a que descansamos no necesitamos tantos nutrientes por eso se recomienda que la comida de la noche sea ligera y temprano. Así mismo la alimentación deberá de ser ligera, si tu trabajo es ligero porque no lo quemaras igual que si trabajas intensamente y por ultimo debemos de respetar unos márgenes de tiempo entre comida y comida. Como mínimo de 3 horas evitando picar entre esas horas porque de no ser así, perjudicaremos la digestión anterior llevada a cabo en el estómago, (el proceso digestivo total desde que introducimos un alimento por la boca hasta que expulsamos los desechos puede durar de 24-48 horas) una persona que por cuestiones de trabajo, no puede mantener unos horarios determinados para alimentarse, debe procurarse un desayuno muy completo y nutritivo, que contenga algún lácteo, fruta natural o en zumo y cereales.

La recomendaciones generales nos dice que deberíamos hacer entre 4 y 6 comidas diarias, partiendo de 5 comidas al día, deberíamos establecer un horario para dejar pasar entre una comida y otra 3 horas aproximadamente, por ejemplo, si te levantas a las 7 y media, desayunas a las 8:00, tomas el tentempié a las 11:00, comes a las 14:00, meriendas a las 17:00  y cenas a las 20:00, es preferible hacer 5 comidas de pequeño volumen, porque las comidas muy copiosas dificultan y prolongan el tiempo de digestión, destacando el desayuno y el almuerzo, y haciendo la merienda y la cena ligera.
El tentempié de media mañana servirá para no llegar hambrientos a la comida y de esta manera, haremos algo mas ligera esta comida, que en nuestro pais suele ser abundante y muy cargada.

Aprende a no saltarte ninguna de las comidas y establece como norma preservar un tiempo entre comida y comida. No es necesario ser muy estrictos, a lo mejor desayunas a las 7 y por cuestiones de trabajo no puedes tomarte el tentepie a las 3 horas pero si a las 2 horas o si a las 4 horas... sea como fuera, es importante mantener un margen de tiempo suficiente que nos permita hacer la digestion y que cuando volvamos a consumir nuevamente alimentos, el estomago este vacio o practicamente vacio de esta manera nos nutriremos mejor y nos sentiremos menos pesados ademas el hecho de no saltarnos las comidas y saber que ``en media hora me toca comer´´ evitará que nos entre ansias de picoteos.

Entre toma y toma, cuando sientas que vas a caer en la tentacion tomate un buen vaso de agua a sorbitos pequeños y espera un rato, si el supuesto hambre o ansia no se ha pasado recurre a una infusion, ademas de esta manera te asegurarás de tomar la cantidad de liquidos recomendados durante el dia.

No tienes escusa, si quieres mejorar tu salud comienza por modificar tus hábitos alimentarios, con nuestros talleres aprenderás todas las  bases necesarias para que planifiques una alimentacion saludable acorde a tus gustos y necesidades.